EN MOTO AL CASTILLO DE MONTEARAGÓN
El Castillo de Montearagón se localiza en la provincia de Huesca y concretamente en el municipio de Quicena, seguro que si has pasado por la N-240 has observado su silueta, Viajes y Rutas en Moto ha realizado una ruta en moto hasta el Castillo de Montearagón.
Para acceder al Castillo de Montearagón tienes dos posibilidades, una por asfalto y otra por una pista fácil. Por asfalto desde el propio pueblo de Quicena y por pista, si te gusta el Off Road, desde el Embalse de Montearagón.
Escogemos la segunda opción, una pista fácil que en unos seis kilómetros te presentarás ante el castillo.
A medida que te acercas, el castillo va cogiendo forma y vamos distinguiendo su torre del homenaje y parte de su recinto amurallado.
Finalmente llegamos a la carretera de acceso al castillo.
Situado en lo alto de un monte, llamado Monte Aragón, podemos disfrutar de unas vistas espectaculares de la comarca de la Hoya de Huesca.
Y del Salto del Roldán, dos moles impresionantes que configuran la puerta de entrada a la Sierra de Guara.
El Castillo de Montearagón, fundado y construido en 1086 por el rey Sancho Ramírez de Aragón como base de operaciones para la reconquista de Huesca en poder de los árabes.
En 1089 se funda una Capilla Real y la comunidad de canónigos agustinianos de Loarre se traslada a este castillo-abadía.
Según cuenta la historia, en 1094, inspeccionando las murallas de Huesca el rey Sancho Ramírez es alcanzado por una flecha muriendo a consecuencia de ello. Sancho Ramírez es enterrado en el Panteón Real de Montearagón.
En 1096, Pedro I, su hijo, derrota a los musulmanes en las afueras de Huesca, con la ayuda de Alfonso VI, rey de Castilla y León.
El ejército árabe se dice formado por 40.000 hombres -cifra seguramente exagerada- y se cuenta en la batalla con la ayuda de San Jorge.
El evento quedará inmortalizado en el Escudo de Aragón, simbolizado en el tercer cuartel con las cabezas -incrustadas en la Cruz de San Jorge- de los cuatro jefes sarracenos muertos en la batalla.
1134. Es también enterrado Alfonso I el Batallador en su Panteón Real.
1172. Alfonso II concede a los habitantes de Montearagón un privilegio de franqueza.
1177. Guillem Berenguer -hermano bastardo del rey Alfonso II- y actual Abad de Montearagón, es elegido como Obispo de Lleida, con la misión de combatir la herejía cátara.
Montearagón va adquiriendo importancia como monasterio de tal forma que durante el medievo llegó a ser la abadía más rica y poderosa de Aragón manteniendo bajo su dominio más de un centenar de iglesias.
Varios de sus abades fueron infantes de la corona y de la nobleza.
1835. La Desamortización de Mendizábal acaba con la vida monástica en el castillo.
1845. Un gran incendio acaba por consumar sus ruinas, dejando únicamente sus paredones
Tras este desastroso incendio, se decide trasladar los restos de Alfonso I el Batallador a San Vicente el Real, para pasar finalmente a la Iglesia de San Pedro el Viejo en Huesca.
1931. Declarado Monumento Nacional.
El castillo está construida con piedra sillar. Al recinto se accedía por una rampa que rodeaba el edificio y que terminaba en una portada situada en el lado Sur. La puerta consistía en un arco de medio punto situado bajo una torre.
El recinto constaba de 10 torres. El patio central conserva restos del aljibe y antiguas construcciones pertenecientes a la abadía como el claustro, la biblioteca, el refectorio…
La abadía de planta rectangular hoy muy deteriorado a pesar de la restauración que se llevó a cabo en el siglo XVII. La iglesia se sitúa en el lado Norte.
El conjunto se completa con una Torre del Homenaje, es decir, la que contenía los acondicionamientos necesarios para servir de refugio en tiempo de guerra.
Del castillo, queda muy poco y lo poco que queda ha sido abandonado. Actualmente, la Asociación de Amigos del Castillo de Montearagón, buscan una utilidad para los restos de la fortaleza, indispensable para que la rehabilitación del monumento que se está llevando a cabo sea efectiva.
Solo tenéis que asomaros en alguna de las rejillas que hay sobre el desaparecido claustro para darse cuenta de que hay un importante resto histórico en el interior del recinto y su excavación y restauración para hacerlos visitables pueden hacer de este lugar un tremendo atractivo.
Abandonamos este castillo no sin antes echar una ojeada a nuestro alrededor.
Nos dirigimos a la BMW y nos despedimos de la Hoya de Huesca y su historia.
Ahora regresamos por la pista asfaltada que nos lleva a Quicena.
Sin lugar a dudas, si tenéis la oportunidad de pasar por Quicena os recomendamos que os acerquéis al Castillo de Montearagón.
Saludos Moteros!!!!!
Un lugar curioso, cargado de historia. Me lo apunto para cuando suba.
Saludos,
Hola Maes, sin duda, ya solo la ubicación es muy bonita y si adentramos más profundamente en su historia más todavía.
Saludos.
Gran ruta! Moto, pista e historia! Me la apunto para cuando vaya por la zona! 😉
Gracias Oscar, sin duda, lo merece. Cuando lo hagas, cuenta con nosotros.
Abrazos.